miércoles, 28 de julio de 2010

Máscaras

Los seres humanos, como los camaleones, tenemos la habilidad de fundirnos con el entorno, incluso de cambiar de forma si es necesario. Practicamos este don con todas las personas, con algunas nos exponemos mas, con otras menos. Sin embargo, hay una persona con la que llegamos al punto de ser crueles. Nosotros mismos. Cuando jugamos a las cien caras con alguien, sabemos que detrás de la máscara estamos nosotros, pero cuando nos engañamos a nosotros mismos, negamos la existencia de la honestidad propia.
De vez en cuando pruebo a decirme la verdad, a actuar acorde a mi verdadera naturaleza y no a como me gustaría ser. Dar el primer paso es doloroso, y traspasar esa dificultad deja cicatriz, pero es una marca de gloria.
Empeñarse en ser de otro modo, mejor o peor según quien juzgue, es un objetivo posible, incluso divertido. Encerrar una voluntad aún mayor de salir y expresarse es atentar contra uno mismo.
Démonos a nosotros mismos la oportunidad de mostrarnos como somos en realidad.

1 comentario:

  1. Me gusta esta entrada!:)
    Yo solo me muestro tal como soy a las personas que de verdad se molestan por verlo..

    ResponderEliminar