Me gusta fijarme en la gente, en como actuan ante diferentes situaciones y en diferentes circustancias. Parece como si todos tuvieramos un programa base que decide por nosotros, incluso que nos obliga a ello. Sin embargo, no parece que ninguno estemos cómodos con esto, todos tenemos teorías sobre la vida, que nunca llegan a ponerse en práctica. Nos gusta compartirlo, y nos gustaría mas aun que los demás se guiaran por ello, como si hubiesemos descubierto un antiguo secreto del arte de vivir.
Creo, que la única razón por la que no nos dejamos llevar por esos "descubrimientos" es porque creemos estar en la solida base de nuestra forma de ser. Una inamovible muralla que no cederá ante nada, ni aunque nos lo aconsejen "nuestros ingenieros".
Contemplamos desde lo alto grandes terrenos de libertad, nuevas formas y nuevas experiencias que sabemos harían de nosotros algo grande. Sin embargo, hemos puesto tanto esfuerzo y tanto empeño en dejar que nuestro jardín propio creciera, que seríamos incapaces de derribar los muros y dejarlo vulnerable.
No es raro que algún foraneo nos diga que empujemos fuerte, pero, ¿quien puede creer a quien está en las mismas condiciones que nosotros?
"Pasa"-le decimos-"Observa mi mundo, ¿no ves que no necesito mas?"
"Es hermoso",-y piensa-"pero no tanto como el mío."
Es posible que pasemos por la vida habiendo probado pocas veces la verdad. Pero al menos tenemos un bonito lugar donde ser felices, ¿verdad?.